
Eran las 6.40am y mi vuelo salía a las 7.15am. Estaba tan confiado de que podía pasar con solo mi pase de abordaje impreso, sin embargo no era suficiente. Necesitaba un bendito sello, ¿de dónde? No tenía idea pues no había ninguna ventanilla de la aerolínea abierta.
Señora, ¡ayúdeme por favor! — Le dije — Pensé que hasta ahí llegaría mi aventura hacia Guatemala. Pensé que todas mis reservaciones las estaría cancelando en media hora después. Por favor, no puedo perder el vuelo. — Casi con lágrimas en mis ojos —
Ella me ayudó, me envió a la oficina de la aerolínea, una chica de la aerolínea fue conmigo hasta migración y con tanta alegría en mi corazón, me dejaron pasar. A ese pequeño momento de mi vida le llamo felicidad. Le sonreí a ambas y les dije gracias con una gran sonrisa en mi rostro. Subí al avión y en menos de 20 minutos, al ser las 7.30am, despegamos.
Era mi primera vez volando hacia el lado norte de Costa Rica, el cielo se veía más azul y la emoción era diferente. Toda la adrenalina antes de subirme al avión había hecho que el vuelo fuera el más placentero hasta el momento. ¡Me sentía realizado! No sé por qué pero este viaje me tenía muy emocionado.

Aterrizamos, allí estaba mi Uber esperándome para llevarme a la estación de buses del occidente de Guatemala. Los famosos “Chicken Bus”, esos que van sobrepoblados y son catalogados como peligrosos. Con un vaso de café y Q30 me subí con toda la confianza del mundo… Al final del bus, estaba María y sus dos niñas, los 4 nos acomodamos muy bien en aquel pequeño asiento.
Conforme pasaba el tiempo, el bus seguía llenándose y 4 personas se acomodaban en asientos para 2, tal vez. A las 10.30am y al ritmo de “Perfect Illusion de Lady Gaga” partimos hacia Panajachel. Si algo tenía el chofer de ese bus era una buena lista de reproducción, porque desde Ariana Grande, Justin Bieber, Skrillex hasta Shakira, Ricky Martin y Maluma.
Había gustos para todos. Ahí mismo conocí a Lucía y su hija, ambas también ticas e iban al otro lado del asiento donde cómodamente me encontraba yo. Fue toda una aventura, el hombre sobre el techo guardando las maletas que las tiraba conforme la gente se bajaba en su respectiva parada, el bus que iba como a 80Km/h tomando vueltas sumamente peligrosas y el tránsito que nos paraba cada hora solo para ganar un poco más de dinero.
Cuatro horas más tarde llegamos a nuestro destino. ¡Sanos y salvos! Con Q200 en mi bolsillo, Google Maps y 20 minutos para caminar y encontrar el lugar donde pasaría la noche… Salí por dos horas a conocer la ciudad, el lago, ver el atardecer y con mucho cansancio regresé a mi lugar de estadía completamente solo y sin ningún plan para hacer.

Cociné, vi el cuarto capítulo de “13 Reasons why” y me eché a dormir. Estaba un poco triste, me sentía muy solo en medio de una montaña, alrededor de la naturaleza, pero sin ningún plan para hacer. Estaba en otro país pero no me sentía del todo feliz. Hablé con mis amigos, les conté mi situación y lo último que recuerdo fue ver el reloj que marcaba las 9.10pm.
Y así terminó mi día 1 de esa mi aventura Guatemalteca.













